domingo, 25 de abril de 2010

Día de el Libro

Ayer fue 23 de Abril , en el que se celebra el día Del Libro , por la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare, que ya hace 400 años.
En mi colegio , hicieron un pequeño homenaje a Miguel Delibes , el escritor que falleció el mes pasado.
Tres chicos de quinto y yo , leímos fragmentos de dos libros de Miguel Delibes , : El camino con Roque el Moñigo , Daniel el Mochuelo y Germán el Tíñoso. Y en el que yo leía: Diario de Un Cazador, del que escribiré el fragmento que leí durante las 3 horas de la mañana:
DIARIO DE UN CAZADOR

15 septiembre, lunes

No veo el momento de que esto termine para dar gusto al dedo. Fuera de ayer que subí con Melecio a lo de Aniago, no salgo desde el día 4. Yo le tenía mucho hablado a Melecio de lo de Aniago y le conté lo del nido de la liebre. Pero lo que son las cosas, el domingo no vimos nada. Se conoce que lo habían pateado otros. Esto de la caza es como el huevo de Juanelo. Después de mucho mover las tabas hicimos once pájaros. Nueve yo y dos Melecio. El cielo se cargó por la tarde y se puso de nublado. No nos dio tiempo ni de llegar a las bicicletas. Nos metimos en el chozo de ramera de un melonar y allí aguantamos. Melecio se santiguaba a cada descarga y yo le pregunté si tenía rilis. "Lo que tengo son dos chavales", dijo él. Le vi tan blanco que no quise cachondearme. Ciertamente daba rilis aquella cielo negro y el brillo de los relámpagos y el ruido de los truenos. Le dije para calmarme que los truenos van a los pinares, pero él no estaba por la labor. "No sería el primero que aplasta un chozo", me contestó. Con el tacón pateaba a la Doly. Le pregunté si le molestaba la perra, pero a él le atocino la pregunta y dijo de mala gana que la piel de los animales atrae los rayos. Luego pasó el nublado y empezaron a cantar los sapos. Estaba oscureciendo y olía bien el campo. En la bicicleta Melecio no hacía más que rajar. Parecía como si quisiera que olvidara que le había visto pasar rilis. A mí me gibaba su runrún porque me gusta escuchar el ruido de las llantas sobre la carretera mojada. A última hora acordamos ir el domingo 28, que se levanta la general a lo de Illera.

Después de leerlo cinco veces , acabamos más cansados que una tortuga corriendo la maratón.
Tras ir al II MERCADILLO DE LIBROS en mi colegio (me compré : LA ISLA DEL TESORO) todo ya fue un día normal.

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